BALADA DEL VAMPIRO: CAPITULO 1 (parte1)

0

Posted by Pablo Croquevielle | Posted in | Posted on 20:47

En vista que este capitulo es bastante largo, he decidido dividirlo, asi que....aqui tienen el PRIMER CAPITULO DE:
Hijos de la noche: La balada del vampiro

Alexander despertó sobresaltado, miró la hora, no eran más de las 2:15 de la mañana y ya había tenido su quinta misma pesadilla en una semana. Todo el tiempo era lo mismo.
Tenía una espada, de eso estaba seguro puesto que empuñaba algo pesado, para un humano mortal. Frente a él, se encontraba una sombra con figura humana, aún así sabía que no era humano, le tenía miedo. ¿Dónde estaban? Ah si, en un gran edificio del centro, sí, era de noche.

Parecía que discutían por algún motivo, lamentablemente no era un sueño sonoro, no distinguía la voz de su rival ni la suya propia, solo sabía que llovía. Las espadas chocaron, su rival peleaba con naturalidad, como un verdadero esgrimista, Alexander tenía dificultad ya que nunca había usado un arma. Probablemente por un golpe de suerte, logró hacer que su rival cayera al suelo, pudo haberlo matado en ese instante pero no lo hizo, algo le dijo que hiciera que aquella sombra se enfureciera y tratara de golpearlo sin mucho éxito. A primera vista Alexander parecía haber vencido pero sin darse cuenta su oponente se levanta con gran velocidad escapando y al mismo tiempo golpeando a otra persona que se encontraba ahí, una chica, haciendo que ella cayese de el edificio. Alexander no lo piensa dos veces y se lanza a rescatarla. Despierta siempre que está apunto de agarrarla y a segundos del suelo.

Al principio, soñar una o dos veces el mismo sueño puede ser normal, ¿llegar a soñarlo cinco veces? Posibilidad de preocupación. Se levantó de su cama para al final ir a la cocina, un vaso de leche conciliaría el mal sueño reciente y podría volver a dormir.

Luces en el pasillo ¿Su padre aún estaría despierto y a esta hora? No había caso con él. Su padre, al menos hasta donde sabía era su único pariente vivo y no exactamente biológico, sabía que era adoptado pero no le daba mucha importancia a eso. Tenía una familia y con eso le bastaba.
Damián, su padre, era un escritor de novelas y por eso a veces se podía quedar toda una noche escribiendo. “Esto lo hago por que me gusta, no porque lo necesite” le dijo una vez, y era cierto, si de dinero se trataba, no escaseaba, según su padre, todo era debido a un testamento. Alexander no le creía mucho.
Vivían en un departamento bastante grande y espacioso de Providencia, tenía 4 habitaciones, aunque se contaban como tres. Una era su habitación, la otra era la de su padre, estaba la oficina donde tenía todos sus escritos, y la habitación misteriosa. Al menos así lo llamaba debido a que siempre estaba cerrada y su padre nunca le había querido comentar que había tras la puerta con llave, “ya llegará el momento en el que te cuente” fue su única y breve respuesta la última vez que le quiso preguntar sobre aquel misterio.
Alexander llegó a la cocina y se preparó su vaso, realmente necesitaba leche caliente, recuperaba su cuerpo y calmaba su mente. Tenía suerte, podía seguir durmiendo debido a que era viernes y al día siguiente no tendría clases, detestaba que las pesadillas aparecieran en la semana, hacían que después le costara mucho más volver a dormir si tenía que levantarse pocas horas más tarde.
Unos pasos provenientes del pasillo le hicieron darse vuelta, su padre estaba entrando a la cocina.
- No puedes dormir?
- Pesadillas.
- ¿Es la misma que me comentaste hace unos días? -Asintió, no quería preocuparlo más de la cuenta, intentaba fingir haciendo notar que no era más que un sueño y que se pasaría pronto. – Muchas veces, las pesadillas significan que algo nos preocupa, busca en ti si hay algo que no te deja en paz.

No esperaba esa respuesta, su padre tenía razón pero ¿había algo que le preocupara? Volvió a su habitación después de haber tomado la leche caliente, afuera llovía, la habían anunciado hasta el Martes que venía. Ahora solo le preocupaba volver a dormir, sin pesadillas. Y esta vez no hubo sueño alguno.

El teléfono sonó a medio día, el padre de Alexander había salido así que él contestó, era Bernardo, su mejor amigo desde la infancia.
- ¿Que tal?- Su amigo se notaba animado, no era de sorprender, Bernardo siempre era muy animado, al menos nunca se veía triste. Su característico Jockey negro dado vuelta y su abrigo largo le daban el toque que deseaba, su barba la llevaba creciendo desde no hacia mucho y su cabello estaba casi siempre revoloteado por el viento. – No se si es temprano o tarde para ti, pero te aviso que recién, hace pocos minutos atrás he terminado lo que parecía imposible.
- No se me ocurre nada, por favor dame una pista- Alexander estaba algo somnoliento aún, no le gustaba estar despierto los fines de semana si no había nada bueno. Bernardo puso una música conocida para ambos, la introducción a La Guerra de las Galaxias, pista suficiente para que Alexander se diera cuenta a que se refería – ¿El consejo Jedi Original a escala humana y a base de Yeso? – Se escuchó una afirmación - ¿Cuánto tiempo llevas construyendo eso?

- 2 años y medio, además “eso” es una obra de arte, ningún fan de Star Wars me puede superar debido a que es el consejo original con todos los maestros antes de todos los incidentes con la Orden 66 ¡ NADIE HA LOGRADO RECREAR ESO!; Por cierto –carraspeó- para celebrarlo he invitado a Javiera y te invito a ti también a almorzar a mi casa ¿Te parece?
Si, Bernardo era un Friki y fan de un personaje de cine llamado Silent Bob, razón por la que si uno lo miraba en la calle, podía relacionarlo con él. De todas maneras era una persona amigable y de llegada fácil para los demás, por eso, y debido a su constante buen animo, era imposible rechazar una invitación suya a almorzar.

- Esta bien, iré, hace tiempo que no voy a tu casa, y créeme que necesito estar fuera de aquí por un día


[Ya viene la parte 2, mañana]

Canción: "Salvaje" [Versión en castellano]

0

Posted by Pablo Croquevielle | Posted in | Posted on 16:39

Dentro de nosotros reside una bestia que intenta salir, que busca liberar sus deseos a costa de lo que sea. Por otro lado, tenemos a nuestro ser racional que nos permite pensar antes de actuar

¿Pero si quitamos al racional? ¿Solo somos animales? ¿Que de nosotros es racional o bestia cuando estamos en el sexo, en el baile o incluso en juegos de vídeo?



Esta canción la escribí este año cuando andaba un poco mal, en verdad como me complica muchas veces escribir en ingles (y no hablarlo ni cantarlo) lo escribí en español... necesito un grupo de música right now!

No estaré seguro
aún cuando la lluvia carcoma mis huesos
mi vida no estará en el cielo
pero tampoco en el infierno

Toda mi vida fue un caos
tu sola presencia apagaba el miedo
me hacías dormir en solemne paz
y la vida misma hacías callar

Poderosa voz, bellos tonos
calmabas vientos y tormentas
me hacia sentir como un niño en el mar
pero esos sueños después, los dejé atrás.

[Coro]
Te fuiste a otro sueño
y yo no lo pude comandar
la oscuridad me sigue detrás
que alguien me ayude a despertar

La luna llena ha aparecido hoy
después de Diciembre la volver a ver
mientras te sigo buscando en sueños
matando bestias, asesinando al músico,
amando a la princesa, buscando una vida pasada

Me encuentro en el jardín salvaje
sigo buscando entre el miedo
pero en menos tiempo, en el cuerpo de otro estás
la muerte me ha encontrado.
[SE REPITE EL CORO DE EL PRINCIPIO]

[CORO FINAL x2] -> Este está en ingles porque supe escribirlo bien
Body to body
Soul to soul,
i'm still the man with hope.
I'm Oscar in the Wild
still searching you in my mind

[A ver si encuentran el juego de palabras ;)]

Estado de Embriaguez

0

Posted by Pablo Croquevielle | Posted in | Posted on 6:22

Deja la sangre fluir, la mente girar, no pienses en nada. Sigue bailando, no te detengas, no mires a ningún lado, cierra los ojos y déjate llevar por la sensación de estar en una habitación tan grande como vacía.

Solo baila


Fueron dos vasos de vino, tres de tequila y dos latas de cervezas las que nos llevaron a no pensar, a no decir y solo a soñar con un futuro incierto. Que diablos, no lo soñamos, lo vivimos.
Nos manteníamos divagando en nuestras mentes, discutiendo lo indiscutible, descifrando lo indescifrable y tocando lineas invisibles en el aire por culpa de nuestro estado de embriaguez.

Y no se como llegamos a mirarnos y quedar en silencio, no reímos, no lloramos, solo nos acercamos y nos besamos. Dos antiguos amantes convertidos en un par de borrachos por culpa de lo que llamábamos "una vida justa pero injusta". Nos separamos del beso y nos sonrojamos, estábamos ebrios pero conscientes, aún nuestra lengua no se trababa y no teníamos un sabor espeso de trago en nuestra garganta.

No pensamos siendo que eres tú la que piensa, no divagamos por lo que hacíamos siendo que eres tu quien siempre dice lo que está mal o está bien. Solo fue, entre tantos tragos que nos dejamos llevar.
Y en mi estado debo decir que fue chistoso mirarte de ese modo, nunca te había visto ebria y era como verte bailar... y hablando de baile, prendí la radio y puse un disco de música electrónica.

Y nos levantamos a bailar mientras estábamos ebrios y nos tambaleábamos mientras fingíamos que eramos dos expertos en el movimiento. Pero entre baile y baile volvimos a besarnos, pero no fue corto ni largo, fue justo. Fue el beso justo y necesario para tirarnos en la cama, para sacarte el chaleco, para quitarte la polera y desabrochar tu sostén mientras tu me desabrochabas mi camieza y mordías mi cuello y mi oreja sabiendo que eso me volvía loco.

Y tirados en la cama bese tu vientre y tus pechos desnudos, cuando volvía a tu boca sentía un pcoo el aliento a cerveza, a vino y a tequila pero no me importaba. Te saqué el pantalón y lo que faltara para dejarte desnuda. No había miedo solo fuego.

Y tu me sacabas el resto de mi ropa y te montabas en mi, queriendo que me encargara del resto ¿Era todo culpa de los tragos tomados? ¿Era una pasión escondida que había sido liberada por culpa de un estado de embriaguez?

Mi amante invisible

1

Posted by Pablo Croquevielle | Posted in | Posted on 18:31

A continuación....palabras desparramadas sin sentido

Si no es cuando te dice que no, es cuando piensas en un sí.
Si no es cuando deseas una respuesta, encuentras una interrogante
No es solo el desear ser amado, cuando no eres siquiera correspondido
¿Que es ser lo que buscas para ella cuando no la veas y solo la puedes oler?



Alguna vez fuiste mía, ahora no eres de nadie. Eres un territorio, un país sin dueño.
No hay quien te gobierne, eres más que auto suficiente pero no puedes esconder en tu mirada que el derrocado vuelva a gobernarte...Pero no yo, si no el que vino después.
Cuando planeo con mi avión, viendo lo que perdí, no puedo evitar recordar el aroma de tus besos, el sabor de tu alma y la mirada de tu alianza

Eres una amante en mis sueños, recurrente de mis osadías, e impenetrable cuando te deseo.
Eres una amante del pasado, que ya no existe, tan solo en un suspiro
Y eres una diosa de mi alma, quien me gobierna sin saber, el color más insufrible de un deseo incomprendido.

¿Y cuando mirarás a mi rostro incomprendido? ¿Y cuando te darás cuenta que ahora soy un buen chico para tu vida...pero que no te das cuenta?

Y vomito palabras que no tienen sentido y al mismo tiempo todo se conecta en un minuto, en un segundo y milésimas como el tocar de un violín, de un piano y un arco de arpa sin música, todos mudos

Un efecto retardado de una mirada calma y melodiosa en una noche de luna llena, luna nueva e invisible a los ojos humanos sin sentido, sin color, sin melodía y sin amor.

Eres mi amante y no te das cuenta, pues solo en sueños eres.

Eres mi amante invisible

Aquella desconocida

0

Posted by Pablo Croquevielle | Posted in | Posted on 20:15

Algo corto, escrito por ahí el año 2005-2006

Y te vi aquella tarde en el paradero mientras esperabas micro, supongo que era eso. Nunca me había fijado bien en ti, solo te habría visto de pasada algunas veces y no mas alla de eso. Pero aquella tarde fue diferente.

Estabas llorando, mientras te ponias frente a aquel cartel en el paradero, llorabas.

No te conocia, nunca había hablado contigo, sin embargo en esos momentos tenia que hacerlo. No habia nadie mas a tu lado y llorabas en silencio, como esperando a que nadie se percatara de tu tristeza.

Y ahí entonces me acerque a ti, nunca había estado en una situación asi, tan incomoda para mi, lo único que pude hacer fue taparte con mi chaqueta.

Ahi recién me miraste, de tu rostro dejaron de salir lagrimas y me miraste con sorpresa como si no esperaras que la persona que se acercó a ti fuera yo.

¿Por que lloras? te pregunte. No respondiste, sin embargo me pasaste una hoja que lei apesar que estaba cubierta de humedad tal ves por las lagrimas de tu rostro.

Ahi decía que perdias para siempre a una persona, que se iba del país y que no volverían a verse aunque siempre habia esperanza de eso, algún día.

Por tus lagrimas entendi que era una persona especial, un novio tal ves? no me atrevi a preguntar. Solo me agache a ti para abrazarte. Yo también había perdido a alguien unos dias atrás y entendia tu dolor.

No cruzamos palabras en todo el momento que nos vimos, tan solo te tome de la mano y te conduje por el parque hasta la cafeteria mas cercana, ahi nos tomamos un cafe mientras nos mirabamos, tus ojos pardos no dejaban de mirarme, yo cohibido me sentia y solo podía sonreírte. Despues seguíamos caminando, estaba atardeciendo y las nubes cubrian el cielo amenazando con lluvia, diablos...yo sin paraguas. Pero era lo de menos, tenia una agradable compañía.

El cielo comenzó a oscurecer, ya era tarde y habíamos caminado tomados de la mano toda la tarde, nunca hablamos pero si nos mirábamos y nos conectábamos, así te conocia yo a ti y tu a mi. No habia necesidad de palabras.

Te fui a dejar a la micro que se acercaba y cuando nos vimos por ultima ves aquella tarde solo pude besar tu nariz como diciendo “Aqui estaré siempre que me busques”. Segui el rastro de la micro hasta que se perdio en el horizonte.

Ahi me di cuenta de algo importante.

No sabía tu nombre

Yo, asesino [cuento corto]

0

Posted by Pablo Croquevielle | Posted in | Posted on 18:25

YO, ASESINO

Soy un artista en mi oficio aunque lo odie, soy un payaso que te mata, pero no de la risa.
En este cuarto de este hotel de mala muerte, donde no preguntan quien eres ni les importas, veo a un hombre en el espejo frente a mi.. De cabellos negros y ojos celestes, camisa abierta y pantalones negros, vestido elegante para su acto, no puede evitar lanzarme un beso, sí, es guapo. Es guapo, no me molesta admitirlo. Soy guapo.

Me pongo mi chaqueta negra y enfundo mi pistola en una hebilla de mi cinturón, un cuchillo en el otro lado. Mi acto comenzará muy pronto. Miro la habitación por donde me he alojado desde anoche. Los muros están húmedos, las ventanas no dan a ningún lado salvo al departamento de enfrente, que es donde debo ir.

Otra ves me pregunto que estoy haciendo en un hotel de mala muerte, podía haber pagado más ¿cierto? Mi trabajo me da dinero, el suficiente para pagar un mejor lugar. Pero creo que no levantaría sospechas si salgo de un edificio como este. Tuve suerte que no me salieran ratones ni me enfermase. El aspecto físico es muy importante para este trabajo, para MI trabajo.

Me encamino a la recepción, no tengo maletas así que el trayecto es rápido. La que atiende es una señora vieja, no se porqué no me sorprende que esté limpiando su pistola, es un lugar de mala muerte, cualquier persona podría entrar y matar a algún huésped… si podemos llamarlos así.

Pago y me voy, ya estaba detestando el lugar, lleno de humedad y bichos por donde se mire. Me gustan las cosas con estilo ¿sabes?, seré un asesino, pero tengo clase.
Y ya que estamos en ello, como dije antes, odio mi trabajo, al menos cuando se refiere ir a matar a alguien, nunca me he acostumbrado al sonido de mi arma ni a enterrar mi cuchillo en el cuerpo de mi victima.

Pero hay que ser sangre fría, si te pagan por un trabajo, debes realizarlo, por eso soy un artista en mi oficio, si me pagas, lo hago, no importa que sea. Por eso cuando mato a alguien lo hago rápido y me voy, no me gusta ver a mi victima bañada en sangre.

Afuera, encuentro una caja, me servirá para mi objetivo.
Llego a la puerta de mi victima y la toco, me abre la puerta solo apenas para verme, le digo, sonriendo, que tengo una entrega especial para él. ¿Quién sospecharía de alguien que se viste bien? No luzco como un asesino o un ladrón.
Me deja pasar, dice que deje la caja en la mesita de la entrada, que después de su cigarro firmará. Se va a su terraza para terminar el cigarro. Suerte la mía.

De un disparo en la nuca hago que caiga del departamento, en dirección a la piscina. Me voy. Escucho a los residentes gritar despavoridos, que hay un suicida, que se escuchó un disparo. Pero nadie me detiene, nadie sospecha de mi mientras tranquilamente bajo las escaleras en dirección a mi auto.

Soy un artista en mi oficio, soy un payaso que te matará, pero no de la risa.


Soy un asesino.

2 x 1 -> "Carta Postuma" y "Ella"

1

Posted by Pablo Croquevielle | Posted in | Posted on 18:11

Cualquier parecido con la realidad es solo coincidencia, esto fué escrito sin motivo alguno, especialmente "Carta postuma"



CARTA POSTUMA

Escribo esta carta antes de irme de una maldita vez, siempre fui la oveja negra de la familia, y aunque negué todo el tiempo mis actos, debo reconocer que casi siempre fueron ciertos, pero creo que ahora no me importan, o creo que nunca me han importado.

No sé cuantos minutos me quedan, he tomado pastillas para dormir un buen sorbo de alcohol.

Sí, viejo, siempre lo supiste y yo lo negué, pero si, soy alcohólico.

Sí, tengo cirrosis

Sí, desde pendejo que vengo tomando y no me arrepiento.

En estos momentos mi cabeza me pesa un poco, pero la verdad me da lo mismo, hay tantas cosas que quiero decir antes de morir.
Vieja, tuviste tus sospechas cuando encontraste los bidones en mi habitación, yo te lo negué todo por que al mismo tiempo tenia que trabajar con ellos para la Universidad.

Sí, yo quemé la casa de los abuelos
Sí, yo maté a tu hermano con la pistola que no encontraron las huellas

Sí, estaba bajo los efectos de la droga.
Siempre fui la oveja negra, atención a mi nunca, sólo cuando algo malo en el Colegio me pasaba, pero verdadera atención y cariño de parte de ustedes, núnca, todo a mi hermana, la perfecta.
La policía tuvo sus sospechas, pero, por falta de pruebas me soltaron.
Sí, yo la violé y ella nunca supo, la había drogado

Sí, el padre de la guagua era yo

Sí, yo la mate junto a su hijo

Sí, tengo sida.

En estos momentos no me importa nada, si tengo que ir al infierno lo voy a hacer, me da lo mismo.

Siempre me cagaron la vida, siempre fue ella, y yo nunca estuve en la vida de ustedes, pero ahora yacen a mi lado, muertos, y esta carta es solo para quien la encuentre, si algún día la encuentran.

Sí, he cometido suicidio.

La verdad he cometido suicidio dos veces, o en su defecto tres. La primera fué cuando mi ex polola abortó de mi hijo, ustedes nunca me apoyaron, al contrario, me tiraron para abajo como basura ¿acaso fui un hijo indeseado? Madre, Padre, me gustaría que me respondieran en la otra vida, intenté cortarme y me llevaron al hospital de urgencia… esa ha sido la única vez que mostraron una pizca de cariño
La segunda fue cuando contraje sida, no tengo idea con quien, tal vez por alguna amiga o alguna puta, incluso con las putas me sentía querido, comprendido. Al enterarme que tenía Sida creo que no me importó como al enterarme que ustedes querían echarme de la casa.

Sí, ahí los asesiné

Sí, no estoy arrepentido

Sí, me muero al saber que ya no queda nada en esta vida por la que vivir.

Con “cariño”
Su hijo.


ELLA

¿Quien iba a pensar que me la encontraría? Ahí está, en la otra cuadra, si, está esperando cruzar, hoy le voy a hablar, si, hoy.
La he visto todos los días, a la misma hora cruzar por esta calle ¿y si yo camino hacia ella?

Es muy hermosa, con esos cabellos negros y ondulados que se mecen con el viento, seguro que besa bien, o sea, yo creo eso, no digo que sea así, tampoco estoy diciendo que sea una cualquiera.
Mierda, ¿me entiendes? Son los nervios.
Sí, esta mirando hacia mí, estoy seguro de eso, ¿debo responderle? Ni siquiera me atrevo. Muevo un poco la mano como saludando, pero todo queda ahí en nada.
Miro a los lados, no veo que halla alguien más, entonces puede ser a mí.
¡Ah! ¿Y si no? Seguro me estoy pasando películas y ella no sabe que existo, lo más probable es que sea eso… pero mira esos labios –suspiro- ¡o mira ese cuerpo! ¿A que es perfecta? Seguro que cualquier hombre puede tenerla, pero hasta donde yo se no tiene pareja.

No, no soy psicópata, no la he seguido hasta su casa, simplemente es información que uno recoge de otras personas que si la conocen, bueno, deja de pensar eso, no soy psicópata.

Sigue mirando hacia donde estoy, como esperando algo ¿será que espera que yo cruce para hablarle? Si, probablemente sea eso, si tengo que cruzar y hablarle.

¿Pero que mierda le digo? No he pensado en eso, ¡rayos!.
Uy si, hola, me llamo… no, no debería ser así –voz galante- Hola, te he visto pasar por estos lados y pensaba ¿Cómo una chica tan hermosa como tu, está en un lugar tan solitario como esté?
Noooo, muy de películas cebolleras clase F de esas independientes donde nada bueno pasa, además no soy así.
Pero ella está ahí, esperando en la otra esquina y yo estoy aquí, pensando que le voy a hablar.

¿Cómo será besarla? ¿Besará bien? Mierda, otra ves mi cabeza en modo automático, pero es que insisto, mira ese cuerpazo, mira su cabello, he visto sus ojos verdes en otra ocasión y te digo, te pierdes en ellos, es como ver una obra de arte.
Si, eso, es una obra de arte.
Ahí viene, ella se ha decidido a cruzar, vamos, prepárate, respira profundo, hoy le vas a hablar, si, hoy vas a decirle quien eres, hoy…. ¿pasó de mi?.

Miro atrás… y si, estaba esperando a alguien, a su novio ¿desde cuando tiene?

Desisto, tal ves otro día…

In extasis, un relato de locura

1

Posted by Pablo Croquevielle | Posted in | Posted on 17:27

Uno de los relatos más personales que tengo debido a que lo escribí en un momento en el que yo estaba muy mal.
La historia es ficticia y los nombres aproximados a una similitud con la realidad, sin embargo nada de lo que leerán aqui lo hice de verdad, aunque las ganas estuvieron en su momento



El profesor está haciendo lo suyo con la clase, todos ponen atención y él les responde sus inquietudes, se supone que esta semana tenemos examen. Yo estoy ahí, en la sala, pero mi mente esta en otro lado. Veo la lluvia caer y me pregunto si estoy dispuesto a hacer lo que hace días que tengo planeado.
La clase terminó, el profesor me pregunta si algo ocurre conmigo, que me ha visto distraído en clases, le miento diciéndole que no pasa nada, que son cosas de casa, pero que ya se me pasará.


Es hora de almuerzo y estoy esperando a Nicolás, me ha dicho que tiene lo que me dijo que me conseguiría, dentro de mi me siento sucio. No es justo hacer esto a la persona que quieres, te corresponda de nuevo o no. Pero he tomado una decisión, que el infierno me juzgue si hice lo correcto o no. Solo soy un humano.

- Un penique por tus pensamientos –

Nicolás se sienta a mi lado y comenzamos a comer, conversamos de cualquier cosa menos de lo que realmente importa, eso me alivia. Probablemente no tenga que hacer nada. Pero no es sino cuando la hora de almuerzo termina que me toma la mano, me mira seriamente y me pasa una bolsa.

- Una sola basta, tienes que esperar 15 a 20 minutos para que haga efecto, se disuelve en líquido así que pasará piola. – Mira mi rostro de confusión, sabe que estoy dudando – Si quieres te acompaño después de clases, te daré ánimos ¿te parece?

Le contesto que sí, que mejor me acompaña, que no tengo el valor de hacerlo solo. Guardo la bolsa en mi mochila y vuelvo a clases. Todo se me hace eterno, la lluvia no deja de caer, mi corazón no deja de palpitar con fuerza, las clases no quieren terminar. Comienzo a desesperarme, juego con mi lápiz, dibujo en el cuaderno, no puedo poner atención a la clase.
Finalmente todo termina, Nicolás está esperándome para acompañarme a casa de Daniela, la lluvia no deja de caer y la temperatura sigue tan helada como desde el principio del día de hoy. El bus se demora en llegar, debe ser el día lluvioso, me pregunto si es que todo está complotando en mi contra y el destino no quiere que lleve a cabo mi plan. Miro mi reloj, todo está en orden, Francisco, el nuevo novio de Daniela ya habrá ido a clases y la encontraré a solas.

El bus llega, Nicolás sube conmigo y tenemos suerte de que no está tan lleno, encontramos asientos.

- ¿Ya le dijiste que irías?

Le respondo que si, ella sabe que yo voy, que nos veremos un rato. Francisco tiene clases hasta tarde el día de hoy y después no se pasa a casa de ella, así que puedo estar tranquilo.

Llegamos a destino, el bus demoró menos de lo esperado. Nicolás me dice que esperará en el café que está en la esquina, que cualquier cosa le envíe un mensaje de texto al móvil, el me estará ayudando en lo que pueda. Sabe que ella y yo tenemos que estar juntos y que todo el término de la relación que tuve con Daniela fue un error. Al menos yo lo veo así.

Toco el timbre, pasan unos segundos, toco mi mochila y siento la bolsa con las pastillas, están ahí, respiro aliviado. Daniela contesta, le respondo que soy yo. La puerta automática del departamento se enciende y cruzo. No es más de un minuto en lo que me demoro en llegar a su puerta, pero siento que hoy me demoro mucho más.
Está ahí afuera, tan hermosa como siempre, su cabello y sus ojos. Todo de ella es hermoso, todo de ella es perfecto, todo de ella es…ya no es mío, lo fue…y ahora lo será de nuevo, aun cuando sea solo por el día de hoy.

Me saluda como siempre, un beso en la mejilla y un pequeño abrazo (probablemente por el frío). Me dice que está trabajando para su clase de mañana así que está un poco estresada con eso, al entrar veo que todo está igual como la última ves que vine (hace unos días), nada ha cambiado, las fotos en su lugar, los muebles donde siempre, solo su cama está desordenada ya que a ella no le gusta mucho hacerla. Dejo mis cosas en el living y me ofrezco a ayudarla en lo que sea de su casa, ella me dice que todo está bien. Me asomo a la cocina y veo que los platos están sucios, le digo que los lavaré, a ella le parece bien.

Mientras lavo no puedo evitar ponerme a tiritar, no por el frío, si no por los nervios, no puedo creer que sigo pensando en eso, podría fácilmente quedarme todo el día, no hacer nada y decirle a Nicolás que pasó de todo entre ella y yo. Pero vuelvo a pensar en todo lo que ha pasado, en como perdí la oportunidad de seguir a su lado, en como he intentado todo menos esto.
Mientras ella trabaja, me dirijo a mi bolso, saco una pastilla y vuelvo a la cocina, he terminado de lavar los platos y le he hecho un poco de jugo. La pastilla está en mi mano, podría ponerlo fácilmente dentro del vaso, ¿Por qué estoy dudando? ¿No quería yo esto? Mi móvil vibra de sorpresa, asustándome y haciendo que vierta la pastilla en el vaso, es Nicolás quien me desea suerte.
Al final me decido y al vaso le pongo jugo, espero unos minutos esperando a que la pastilla se disuelva. Respiro tranquilo y me hago el inocente. Me dirijo a la habitación de Daniela y le sirvo el jugo, ella no lo esperaba y me agradece. Sorprendentemente se toma el vaso de una sola vez. Me dice que tenía mucha sed pero que no había podido levantarse. Es el momento de contar los minutos

De algún modo me siento arrepentido, no era lo que buscaba y al mismo tiempo sí. En mi desesperación acepté cualquier cosa, y lo que pasaría ahora era cosa de tiempo. No tenía idea si funcionaría, si con esto cambiarían las cosas, si…volvería a quererme.
No se cuanto rato estuve en silencio, la veía trabajar en el computador y parecía no haber efecto alguno ¿era una pastilla errónea? ¿Debería haberle puesto dos en ves de una?
No fue si no al cabo de unos minutos que presencié un cambio, ella se detuvo y decía que no se sentía muy bien, que tenía mucho calor. Me acerqué para tocarle la frente, ella era muy propensa a enfermarse, así que había que ser cuidadoso. Solo al tocarla se estremeció, como si le hubiese dado una corriente eléctrica. Ahí supe que la pastilla había funcionado.

Le tome la mano y la acosté en su cama, le dije que le traería algo de liquido y una pastilla para el dolor de cabeza, le besé la frente para medí su temperatura. Ella corrió su rostro y me besó. ¿Cómo describir un beso de la persona que amas? ¿Una corriente eléctrica que recorre tu cuerpo pidiendo que dicha energía sea expulsada? No se cuantos segundos estuvimos en ese beso, pero cuando terminó, ella agachó el rostro sonrojada y pidiendo perdón, no tenía idea porque lo había echo. Cuando me levanté de su cama ella tomó mi mano y me pidió que no la dejara. Que quería tenerme a su lado, que quería que la acompañara.

¿Eran síntomas de la pastilla? No había investigado mucho, pero no pensé en nada más, solo me senté a su lado y puse mi mano en su cabello para hacerle cariño. Usualmente me rechazaba la mano cuando lo intentaba, eso estaba permitido para su novio, ya no para mí. Pero ahora me lo aceptaba, y, aunque no fuese ella al 100%, yo era feliz.
De inmediato ella me miró y acercó su rostro al mío para volver a besarnos.

- ¿Estás segura de esto? – le pregunté, tenía algo de miedo, no puedo negarlo.

- Cállate, no digas nada, por este momento no digas nada. Esto queda entre nosotros.

Seguido de eso, me acostó a su lado y comenzó a besarme con violencia, con pasión, con algo que yo nunca lo había sentido pero era agradable. Me quitaba la camisa y yo le quitaba la de ella, nos tocábamos, nos deseábamos, nos excitábamos. No había pasado mucho rato hasta que nuestros cuerpos desnudos se unían nuevamente en un rito sexual, probablemente carente de amor de parte de ella, pero por mi parte no.
Y no fue una vez, sino otra y otra. En un momento me detuve para ir al baño y así enviarle un mensaje de texto a Nicolás, le pedí que se fuera, que esto duraría mucho más

Al regresar, no podía creerlo, Daniela estaba preparada de nuevo, quería seguir, quería tenerme con ella. Esto podía ser hoy y nunca más, después de esto, no podría volver a verla.

Toda la noche, es lo que puedo decir, fue una experiencia de amor, deseo….una experiencia de éxtasis

A la mañana siguiente me levanté para irme a la Universidad, me estaba vistiendo cuando Daniela despertó. Se sentía agotada, no era para menos, nos habíamos dormido recién hacia 3 horas atrás. Al verse desnuda durmiendo en su cama y a mí, vistiéndome se levantó alarmada.

- ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué estoy así y tu ahí?

- ¿No lo recuerdas, Daniela? – Tenía que hacerme el despistado, no quería decirle nada…nunca le diría nada. - ¿No tienes recuerdo de lo que ha pasado? ¿No sientes raro tu cuerpo?

- Si, lo siento cansado como si hubiese tenido mucho ejercicio durante la noche- Se quedó callada, su mente estaba asimilando lo de la tarde anterior, lo de la noche anterior- Pero…Pero no puede ser, no puede ser que tu y yo…toda la tarde, toda la noche-

- Daniela, querida, si te sientes horrible entonces cuéntaselo a tu novio, yo no te seduje, tu me sedujiste, tú me hiciste parte de ti toda la noche. ¿Lo recuerdas?

Ella no habló, solo asintió con la cabeza, recordaba todo lo que había pasado, pero no sabía que era por las pastillas. Yo tenía que usar una coraza de defensa pero estaba destruido por dentro. Terminé de vestime y me despedí, ella seguía acostada en su cama, pero ahora lloraba y yo no tenía el valor de decir la verdad.


El fin de semana pasó, no tuve noticias de Daniela, la llamé un par de veces pero nunca contestó. A estas alturas, Francisco debe de saber, seguramente me odia, estudiamos en la misma facultad. Me va a ver y querrá matarme. Lo tengo merecido.

Pero no lo vi en la mañana, tampoco al almuerzo. A la salida me lo encontré en la puerta, estaba esperándome.

- ¿Que hiciste con Daniela, imbecil?
Me mira emputecido, no es para menos, pero debo parecer inocente.

- No se que a te refieres, Francisco

- No te hagas el idiota, Daniela no ha querido salir de su habitación en todo el fin de semana, ha estado llorando. Lo único que puede sacarle fue que la última persona que vio fuiste tú, luego de eso volvió a llorar.

Le indiqué que me siguiera, fuimos a la cafetería de la Universidad. Encontramos una mesa vacía alejada de toda la gente.

- ¿Quieres saberlo? – comienzo antes que el me diga cualquier cosa - ¿Realmente quieres saber que fue lo que pasó?

Francisco asiente con su cabeza, su puño está pálido por tenerlo tan apretado, realmente desea golpearme. Suspiré, tenía que decirle la verdad, al menos parte de ella.

- Tuvimos relaciones, toda la tarde y toda la noche-

Así de fácil, así de directo. Nada de sonrisa en mi rostro como si bromeara, nada de sonrisa como si fuese algo ligero. Solo la verdad.
Francisco se pone pálido, no puede o no quiere creerlo.

- Pero antes que quieras golpearme, Francisco. En mi defensa tengo que decir que todo fue iniciativa de ella. Daniela me sedujo, ella me besó, ella me quitó la ropa, ella es la responsable de todo

- ¿Y porque mierda no la detuviste?- Su voz está quebrándose, no hay un tipo duro frente a mi, solo una persona destrozada…y lo peor de todo es que estoy disfrutando con esto.

- Francisco, no soy idiota. Sabes que sigo amando a Daniela, sabes que ella lo es todo para mi, y sabes que lo que hiciste está mal al habérmela quitado de un modo indirecto, claro, no terminó conmigo por ti, pero te apareciste y aún cuando éramos amigos lo hiciste.

Francisco se quiebra, comienza a llorar, suerte que no hay mucha gente en la cafetería, nadie es testigo de lo que está pasando.

- Pero si quieres golpearme o matarme, adelante. Ya tuve lo mi con Daniela, recuperé parte de lo que era mío. Si quieres hacer algo, adelante. Si quieres terminar con ella, no te detendré.

Francisco sigue llorando, ha mantenido un perfil de seguridad y fuerza durante muchos años, es primera vez que lo veo llorar y me lastima verlo así, pero toda mi herida ha salido a flote y yo no puedo detener lo que estoy diciendo, quiero seguir lastimándolo.

- Me voy, tu ve si quieres quedarte aquí, hablar con ella, golpearme, la mierda que quieras. ¿Pero quieres saber algo? Ella nunca gritó tu nombre en toooooda una noche, decía mi nombre, me llamaba. ¿Por qué crees?

En mi voz hay odio, hay dolor, hay sentimientos de toda índole y yo estoy matando a alguien con mi voz.

¿Y saben que?

No me importa.

Cuando me voy de la Universidad recibo un mensaje de texto, es Daniela, me dice que necesita verme. Sonrío, no puede ser que esto no acabe. Realmente pensaba que ella no querría saber de mí.

En mi bolso llevo las pastillas, la lluvia moja mi rostro, se siente bien, te hace sentir vivo.


Soy un maldito y no me arrepiento.

Hijos de la noche: La balada del vampiro [Prologo]

0

Posted by Pablo Croquevielle | Posted in | Posted on 9:55


Hace años en el mundo de las sombras se escuchó una profecía:


Llegará una noche de invierno, cuando el frío les cale en los huesos.
Nacerá entre los hijos de la noche un único y primero.
Que, hasta que no abra los ojos a la lluvia,

No será ni de los suyos ni de los nuestros

 

De la carne que es polvo

Será polvo, carne y hombre
De niño a hombre.

Entre los humanos y vampiros buscarán.

Llegará el momento,
Llegará el despertar
En que todo partirá con confusión
Después vendrá la pena
Enseguida la frustración
Y un sacrificio lo redimirá

Una muerte por la muerte
Una vida por la vida
Entre los vivos nacerá
Entre los muertos volverá
Cuando el elija, todo acabará.

Será entonces

Aliado y enemigo
Amante y compañero
Líder y guerrero

Entre los grandes surgirá

Atención entonces hermanos
prestad atención

La profecía a sido dicha
En su cumpleaños numero veintiuno

Nuestro salvador o destructor despertará

Aquel que nació natural

Aquel que nos guiará
Aquel que nos iluminara
O aquel que nos destruirá





24 de Agosto, 1980
No se como comenzar, seguramente, apenas lea esto más adelante pensaré que fue un sueño, una locura, alucinación de mi cabeza. Se supone que no iba a volver a escribir, ni siquiera volvería a tomar esta maquina de escribir, no desde el accidente de hace casi un año atrás, no desde la muerte de Andrea y de Daniel.
Recordar sus muertes y yo sin poder hacer nada, es como una flecha enterrada en mi pecho nuevamente, una herida que quería volver a cerrar.
Mi esposa y mi hijo, muertos.
Cierro los ojos y al abrirlos esperando que sea un sueño, me doy cuenta que no lo es, ellos ya no están. Yo debería haber muerto, yo, no ellos.
Pero intentaré traspasar lo que ha estado aconteciendo desde hace 3 meses, sucesos para mi extraños.
     Como de costumbre, Lunes en la mañana preparando el desayuno, alimentando a Nero, el gato que me compré hace cinco meses atrás, nada bueno en el diario, sacar los sobres de debajo de la puerta. Nada nuevo, cuentas, cuentas, una que otra carta de parte de amigos y familiares que quieren saber de mi (Me he puesto un poco ermitaño y reacio a salir de casa, salvo cuando hay que ir de compras).
     Pero en entre los sobres había uno especial, era de color negro, al voltearlo vi que tenia un sello rojo, de león. No tenía remitente. No había nada que pudiera identificar a quien lo había enviado. Lo abrí algo asustado, tenía un mal presentimiento, vi al pequeño Nero pasearse junto a la ventana y estirarse, si el no reaccionaba mal a esta carta era porque no había nada grave. Se lo acerqué.
Y exactamente, nada.

     Abrí lentamente el sobre y mi sorpresa fue mayúscula cuando cayó un pequeño fajo de billetes y una nota que dice exactamente lo siguiente:



Has lo que creas correcto con esto, espérate a más, si puedes, cámbiate a un mejor lugar, un departamento más grande. Si puedes sigue escribiendo, sé cuanto te afecta perderlos, también lo he sufrido.


atte.: Tu benefactor.

Esa carta me perturbó bastante ¿benefactor?, solo firmaba así. Y me pedía que volviese a escribir, ¿acaso no sabia que no podía hacerlo? Me asusté por un momento que supiera de mi situación, escaso de dinero, es cierto, no había vuelto al periódico desde lo sucedido y no me quedaba mucho en el banco para sobrevivir, el dinero en cierto modo era un alivio.

Pero al cabo de una semana volví a recibir otro sobre negro de parte de “Benefactor”, me enviaba más dinero, y que fuera al banco a revisar mi cuenta, que tendría una sorpresa. Y efectivamente, alguien me había depositado dinero. No era millonario pero si tenia lo suficiente para poder vivir un tiempo más.

Esa misma noche no pude evitarlo y le escribí una carta que dejé debajo de mi puerta.


¿Quien eres? De verdad agradezco lo que has hecho por mí, pero al mismo tiempo me aterra pensar que puede ser cualquier psicópata. No quiero desconfiar pero supongo que querrás algo a cambio.

Atte.: Damián Montenegro

Dos días después recibí mensaje de respuesta
    
Soy un amigo, despreocúpate, no te voy a hacer daño, al contrario, estoy aquí para ayudarte, te he seguido desde hace algún tiempo y sí, llegará el momento en el que te necesitaré.

Atte.: D

Ya era un avance, al menos había dejado firma. Pero a fin de cuentas nunca me decía su nombre, el dinero comenzó a aumentar al acabar el primer mes, ahí, D, me pidió que me cambiase a un departamento definitivamente, que tenía que re-hacer mi vida, que pronto sería necesario.
Tuve un impulso de no hacer caso, pero en mi interior había algo que me decía que accediera, que un cambió no sería tan malo, que a fin de cuentas era necesario dejar la vida que mantenía y mejorar.
     Pero aún no quería volver a escribir, y creo que es hora que lo haga, pero no aún, pronto.
Me cambié a un departamento en Providencia, no es un mal lugar, es bastante céntrico y tiene buenos lugares. Al final volví al puesto que había dejado en el periódico, podía mantenerme con el dinero que me llegaba, pero no quería (ni quiero aún) vivir de ello, no sería correcto para mi, sería aprovechado, y yo no soy de esa manera
D parecía saber eso.
     Damián, creo que te elegí bien para la tarea que te pediré dentro de poco, ten paciencia, querido mío, ten paciencia, me alegro que por fin hallas vuelto a trabajar, pero ten por seguro que el dinero te seguirá llegando, te lo mereces.
    
Atte.: D

Con esa carta al menos ya suponía que D era mujer, o al menos sigo pensando eso, también hay posibilidades que sea un hombre y bien educado. Pero prefiero seguir pensando que es mujer.
Con el correr del tiempo, el dinero siguió llegando, y mi relación con D había agarrado más confianza, al menos ya tenía ciertos aspectos importantes de quien era y que quería de mi, claro, todo con pistas.


Este es otro ejemplo



Soy una persona de bastante edad, se que moriré pronto, por eso, en algún momento, te llamaré para que podamos encontrarnos y de esa manera pedir tu ayuda para algo que sabrás en ese momento.

¿Una señora mayor? ¿Una persona enferma? Hay tantas alternativas y ninguna completamente correcta puesto que aún no se toda la verdad y ya quisiera saber quien es y porque tanto misterio.



¿Debo pagar algún precio por la ayuda que D me ha estado ofreciendo estos 3 meses?

Necesitaba escribirlo.

Que pase lo que tenga que pasar.




30 de Agosto, 1980
He vuelto a recibir un nuevo sobre, D me pide que nos veamos mañana en la noche en la Plaza de Armas del centro, a media noche. Algo que me llama la atención es que me pide que me abrigue, que esta noche será una noche fría, muy fría
¿Cómo sabe todo eso?

No importa, debo prepararme para mañana, por fin tendré todas las respuestas a mis preguntas

1 de Septiembre, 1980
¿Como comenzar esto? ¿Cómo comenzar a escribir? Lo de anoche fue una locura, una maldita locura.
No se como partir escribiendo, por favor, si hay alguien en el cielo, denme fuerzas para esto.

Después de un vaso de agua, una mojada de cara y orden de ideas, creo que puedo seguir.

El verdadero nombre de D es Delia Drummond, escocesa de nacimiento y Vampira hasta anoche.

Si, escribo correctamente, vampira.
     Anoche llegué con unos minutos de adelanto a nuestro encuentro, de verdad hacia frío, no nevaba, pero era un condenado frío, sentir que tus manos se congelan y que el respirar duele no es para nada agradable. No acostumbro a fumar, al menos no seguido. Anoche tuve que hacerlo al menos dos veces uno tras otro.
     Como toda persona normal, pensé que no aparecería, estos meses de entregas misteriosas, podían haber sido una maldita broma ¿cierto?, que los billetes fuesen falsos y que después la policía estaría tras de mi.
     Y hablando de policías, tuve suerte que anoche no apareció ninguno, el toque de queda puede estar rompiéndose, las personas saliendo de sus casas, etc, pero al menos yo no quiero arriesgarme tanto y terminar muerto en pleno centro de Santiago.
     Cuando faltaban unos minutos para medianoche, y yo ya pensaba en retirarme, sentí una presencia tras de mi, no había nadie cuando volteé pero el aire había cambiado, lo sentía al respirar.
-Has venido, Damián.
Alguien había hablado pero no lo veía. Grande fue mi sorpresa cuando ante mi se materializó (si, eso pasó, lo juro) una mujer joven, no debía tener más de 30 años, muy hermosa por cierto. De cabello negro y largo, lo que más me llamó la atención fueron dos cosas:
     Sus ojos, eran color púrpura y parecían brillar aun en lo más oscuro.

     Llevaba un traje de color crema vainilla, más parecía un traje de época antigua, probablemente algo de 1800 o un poco después. ¿Cómo no tenía frío con eso? Yo ya me congelaba.
     Creo que era mi imaginación pero parecía no caminar, mis ojos la veían flotar, en cierto modo creía estar soñando y de ser así, ahora estaría escribiendo un sueño. Pero no lo fue.
     - ¿D? - Fue lo primero que se me ocurrió preguntar. – ¿Eres tu, D?
     Ella asintió, sonreía o al menos así lo veía cuando encontré su rostro frente al mío, ahí noté que su piel era blanca, casi tan blanca como la nieve.
     - Sabia que vendrías- Oh cielos, hasta su voz era melodiosa, no era humana, para nada – He estado esperando este momento desde hace meses, me llamo Delia.
     No era la única, desde el primer sobre negro comencé a preguntarme quién sería la persona que me había estado ayudando. Tenía tantas preguntas.
     - Se que tienes preguntas, pero no hay tiempo, a partir de ahora no lo hay – Su rostro cambió, parecía tener miedo, sus ojos constantemente miraban de un lado a otro.- Cuando vuelvas a casa encontrarás todo lo que necesitas para satisfacer tus deseos de una respuesta coherente a la que yo podría darte. Por lo momento, lo único que puedo decirte es que ahora serás parte de algo importante-.
     - ¿Por qué me buscaste?-. Fue lo único que pude preguntar tras meses de cierta angustia - ¿Por qué me elegiste a mi?

Si por mi fuera, le hubiese dicho que era hermosa, que sus ojos brillaban con intensidad, cualquier cosa pero no un “por que”, pero no podía evitarlo, soy humano, el miedo está conmigo ante lo desconocido. Ella me miró, y en su mirada había paz, me relajé y cualquier tensión en el momento que había tenido, desapareció
     - Entiendo que tengas miedo, eres humano, le temes a lo desconocido, yo alguna vez fui así, como tu, ahora solo le temo a una cosa, a la muerte que tendré.
     - ¿Porqué hablas de morir?
     - Porque es mi destino, al menos he vivido lo suficiente para haber disfrutado de mi existencia.
Había llegado el momento de la pregunta más grande.
     - En que es lo que puedo hacer? Me has ayudado todo este tiempo, y en una de las cartas me dijiste que en el momento adecuado ibas a necesitarme por algo. ¿Ha llegado el momento? ¿Es la hora?
     - Damián, antes de pasar a eso, hay algo que debo decirte también, es seguro que no me lo vas a creer pero es de vital importancia incluso para más a futuro.- Suspiró, y se volteó para buscar algo que de inmediato me percaté que era un bolso, no muy grande, parecía de piel, una cartera de mano por así decir. Ante mis ojos, sacó una pistola – Dispárame.
     - ¿Qué? No, no, no quiero hacerlo, no quiero ser yo quien te asesine.
     Pero había determinación en sus ojos, en sus brillantes ojos color púrpura, me arrastraban, me convencían, me impulsaban a hacer algo que nunca antes había echo: agarrar un arma.

Aún cuando tuve la oportunidad de hacerlo frente a quien yo consideraba el asesino de mi esposa e hijo, mi ser racional me impidió cometer el acto. Quería hacerlo, es cierto, pero no tenia la culpa, fue un error tanto mío como de él en aquel accidente automovilístico.

Ahora, no sentía ni rabia ni rencor hacia ella, y, aunque en mi mente luchaba para no agarrar el arma y dispararle, mis manos ya apuntaban y rozaban el gatillo. Ella me forzaba a hacerlo, no con palabras, sino con su mente, como una intrusa en mi cerebro, obligándome.
     Sentía gotas de sudor, no sentía el intenso frío que golpeaba mi rostro, no tenía dominio de mi ser, no tenía nada, era un muñeco. Comenzaba a perder la lucha interna, ella me iba ganando.
     Al final, el gatillo se apretó.
     Vi su cuerpo caer al suelo, lentamente, como en las películas, ese efecto especial donde el que corre –usualmente el protagonista- lo hace en cámara lenta para llegar a su objetivo y de paso darle más dramatismo a la escena. Pues bien, eso veía yo, salvo que esto no era una película.
     Paralizado, aterrado, sin aliento, acababa de cometer un asesinato, ella me había impulsado a hacerlo y yo disparé. Sentí hundirme en el suelo, mis piernas debilitadas, el frío volvía a llegar a mi cuerpo. “¿Qué hago?” Me repetí durante unos segundos, no quería que nadie saliese de sus casas y me viera con pistola en mano y el cuerpo de una hermosa mujer tirada en el suelo por mí. Quería comenzar a correr pero mis piernas no se movían.
     -Damián, despreocúpate- sentí una voz en mi oreja, susurrándome y una mano tan fría como el hielo y a la vez tan suave como la seda tomaba mi rostro para voltearme.
     Ella ahí, presente, como si nada.
     Yo no entendía nada, me sentía realmente aterrado de haberla matado y al rato ahí parada frente a mí como si nada hubiese pasado.
     - ¿Pero como? Si yo te vi caer
Delia se acercó a mí, a tal punto que quedamos con nuestros rostros a milímetros del otro, lo suficiente para poder verla bien. Y ahí lo comprendí.
     Ella era un vampiro.
Sus colmillos crecieron ante mis ojos mientras habría su boca. ¿Y que hace una persona común y corriente cuando le pasa algo como esto? Automáticamente se aleja, y eso fue lo que me pasó, me aterré un par de segundos, y, al darme cuenta, me encontraba lejos de ella, mis manos la habían empujado un poco para yo poder alejarme. Al darme cuenta, me sentí algo avergonzado por ello.
     - Perdón, es solo que me asusté
     - No te preocupes, uno se acostumbre a que suceda esto con el paso de los años, ya aseguraba que te alejarías por el terror. Pero tranquilo, no voy a hacerte daño, no te he mantenido con vida por nada ¿cierto?- y sonrió.
     - Por favor Delia, creo que es momento que me cuentes que está pasando. Lo único que entiendo aquí es que no eres Humana aunque lo parezcas. Por favor, al menos cuéntame que tramas, de que próxima muerte hablas, porque me has cuidado este tiempo. –Comenzaba exasperar, lo que recién había presenciado me superaba en todo lo que conocía, al parecer ella se dio cuenta porque yo, sin darme cuenta, había comenzado a llorar mientras hablaba.
     Ella volvió a mirar a los lados como vigilando que no nos siguieran o que no hubiese nada sospechoso a nuestro alrededor.
     -Como ya te habrás dado cuenta- comenzó – no soy humana, no estoy viva pero tampoco estoy muerta. Soy una criatura nocturna, si así te gustaría llamarme. Tú y yo nos encontramos hace meses atrás, tú no lo recuerdas, pero nos topamos por accidente en la noche que fue el funeral de tu esposa e hijo.
     “Te vi herido, emocionalmente hablando, tu tristeza me había llegado como un golpe en el estomago ya que, al ser una criatura nocturna tengo la habilidad de sentir las emociones humanas, saber si están tristes, felices, si están mintiendo, etc. No se lo decías a nadie pero por dentro deseabas morir.
De algún modo te encontré un humano interesante, había visto a muchos llorar o muchos sentir la pena que tenías en ese momento, pero de algún modo me cautivaste. Decidí entonces vigilarte, mirar con mis inmortales ojos el como vivías, de cierto modo comencé a enamorarme de tu alma y lo admito, en muchas ocasiones deseé transformarte en uno de nosotros, pero al mismo tiempo, el amor que te tenía me impedía cometer tal adulterio a una alma que deseaba morir para encontrarse con sus seres queridos en la otra vida.
     Pasaron meses y yo seguía preguntándome el como poder contactarte porque ya de por si te cuidaba, sino ¿cómo crees que hasta ahora no te ha pasado nada grave? Nunca te diste cuenta las veces que te iban a asaltar en la noche, las veces que protegí tu vida del peligro. O tal vez si lo sabias pero no te percatabas o no querías darte cuenta. Fue entonces cuando se me ocurrió la idea de ser tu “benefactora”, entrar a tu vida en forma anónima, que supieras que había alguien que cuidaba de ti.”
    
-Y después de casi un año por fin podemos conocernos, pero será nuestra primera y última noche- Tenia una mirada de tristeza – Después de todo este tiempo, pero, aún así dentro de poco tendremos que separarnos.
-¿A que te refieres?
     No voy a negar que ya no tenía miedo, mi corazón palpitaba más rápido de lo que jamás llegaría a hacerlo.
     Delia se quedó callada unos segundos, ¿Dudaba?

     - Se supone, Damián, que los Vampiros no podemos concebir – comenzó – pero hace ya muchos años se lanzó una noche una profecía que nacería un bebé humano en nuestro mundo, que nacería en una noche fría, la noche más helada que aquel lugar pueda recordar. Aquel bebé, a la edad de 21 años, se transformará en uno de nosotros y sería un guía o un enemigo dependiendo el bando que desee tomar. Damián, se avecina una guerra, Humanos contra Criaturas. Nadie sabe cuando ni donde, pero viene.

Yo comenzaba a estar visiblemente confundido, lo que ella me contaba no parecía real., pero realmente anoche hacia un frío endemoniado y esta mañana en el periódico solo se hablaba del frío histórico alcanzado.

     - Y que se supone que debo hacer? – Fue lo primero que pude responder - ¿Qué tiene que ver todo eso conmigo?
     - Todo, querido mío, todo- me sonrió, y por primera vez vi en ella una sonrisa de verdadera ternura.- Estoy embarazada, esta noche daré a luz, cuando lo haga, mi organismo no lo soportará y yo moriré.
     “Todo partió hace 9 meses atrás, o un poco más, comencé a sentirme extraña, como toda mujer mortal, a ratos me crecía mi vientre, a ratos decrecía. Sabía que algo andaba mal conmigo, sabía que algo me sucedería. Mi pareja y mentor vampiro me mostró la profecía años atrás, el está de parte de que la guerra se haga, para que seamos la raza dominante. Yo, a pesar de mi condición, siempre he rehuido a las grandes batallas, a las grandes peleas o conflictos, me gusta mantenerme aparte lo más que pueda.
     Pero cuando me di cuenta de mi embarazo comencé a temer, no quería que nadie lo supiera. Darius, mi mentor, me cuidaría para sus propósitos, criaría a mi hijo para que creciera con hambre de guerra. Yo no deseo eso, hay cosas que son inevitables, es cierto, pero lo único que quiero es que crezca hasta los 21 como un humano normal, que si le toca cumplir su destino, que lo haga eligiendo el camino que considere correcto.
     Mantuve el embarazo escondido, no ha sido fácil con mi vientre cambiando cada cierto tiempo, Darius no tiene idea de nada pero temo que algún fiel a él me descubriese y estoy nerviosa por eso, siento que en cualquier momento ellos vendrán y tomarán a mi niño, a mi bebé.
     Por eso te pido, Damián, que te hagas cargo de mi hijo, que lo críes como si fuera tuyo, que reemplace a tu hijo muerto. Te he dejado mucho dinero para que te hagas cargo, te he dejado en casa muchos libros que son mis diarios con anotaciones de los vampiros. Nunca te faltará nada querido mío, hasta incluso tal vez, con mis escritos, puedas descubrir algo que yo halla pasado por alto.”

Inmediatamente, cayó al suelo, con mis propios ojos vi como su vientre crecía a gran velocidad, 9 meses en segundos. La logré sostener y hacerla sentar en una banca. Tomó mis manos con fuerza, tanto así que creo que si lo hubiese querido me las habría destruido, me esforcé en esconder el dolor y concentrarme en ella.
     No niego mi terror al verla retorcer su cuerpo, su rostro contraído en una mueca de dolor, un hilillo de sangre que salía de sus labios, apretados para no gritar. Sentía mis huesos crujir, quería gritar. Al final soltó mi mano.
     Frente a nosotros había un bebé recién nacido.

     - Por favor…- Delía apenas podía hablar, si, comenzaba a morir como ella había predicho- Damián, cuida a mi bebé, a Alexander.-

     Inmediatamente después cerró los ojos. ¿Que hacer con una Vampiro? No podía dejarla ahí, tirada hasta que llegase el sol, sería muy cruel, a pesar de estar –ahora si- completamente muerta.
     Tomé al bebé en mis brazos y lo cubrí con todo mi abrigo. Lo grande llegó de inmediato. Comencé a oler algo quemado, como si echaran al fuego algo toxico, al voltear vi, con los ojos lo más abierto que puedo recordar, como Delia comenzaba a desintegrarse, no sé si fue un proceso largo o corto puesto que no lo medí en tiempo, sin embargo su cuerpo desapareció completo.
     Después, solo silencio.
     Creo que me quedé unos buenos minutos sentado en una banca sin moverme y no tengo idea cuando me levanté, ni cuando llegué a casa. Dejé al bebé en una cuna que improvisé, luego al llegar al living encontré los regalos que Delia me comentó, los libros.
     Me serví un vaso de vino y me lo bebí al seco, acción que me dejó lo bastante mareado. Al final me dormí en el sillón. Me despertó el llanto del bebé, tengo leche en el refrigerador, no será difícil, ya tengo experiencia en esto.

Tengo un hijo nuevamente, es raro y agradable a la vez. Lo de anoche pareció una pesadilla a pesar que fue real.

Delia ¿Que voy a hacer con tu hijo, con Alexander?

Hijos de la noche: La balada del vampiro. Palabras del Autor

2

Posted by Pablo Croquevielle | Posted in | Posted on 9:52

Balada del vampiro es una novela que he estado escribiendo y re-escribiendo desde el año 2005, he estado con ideas varias y he querido terminarla aunque cuando llego a un punto en el que no se como continuar me detengo y trato de comenzarla de nuevo tratando de hacer las cosas de otro modo.

Como es obvio por el titulo de la entrada, esta novela es de vampiros. Y no, no es de los vampiros tipo Twilight, si no más tirado al Canon de los vampiros como Dracula y puede que un poco como los de Anne Rice (en el cual me inspiré al comenzar a escribir las primeras versiones de esta novela). Claro que estoy tratando de escribirlo en un contexto más moderno. No quiero qué, cuando alguien la lea sienta que le falta o le sobra algo, quiero que sea perfecta a su modo, y estos vampiros son más humanos (aunque no salen al sol) y algunos tienen más emociones sobre otros, como el protagonista de la novela, Alexander.

 Con la ayuda de este blog quiero comenzar a escribir la versión definitiva y que me ayude de una ves por todas a terminarlo ya que deseo, en un futuro proximo, poder publicar esta novela que me ha dado dolores de cabeza durante 4 años seguidos.

Sin más, y en la proxima entrada, los dejaré con el prologo de esta novela.

Sean bienvenidos oficialmente entonces a La Sangre Entintada, blog oficial de HIJOS DE LA NOCHE: LA BALADA DEL VAMPIRO

Vodka Naranja

0

Posted by Pablo Croquevielle | Posted in | Posted on 18:00

Nuevamente me senté en aquel café, bebiendo de mi taza mientras leía un libro.
Tú sabías bien que estaría allí esperándote como siempre, tú sabías que te esperaría.

El sol cayó como relámpago, y la noche se tornó mi día. Allí aún estaba, leyendo un poco más, con dos cafés en el cuerpo. Miré por el vidrio y a la gente pasar, mis anteojos empañados me impidieron ver tu entrada, solo sentí tu mano en mi cuello, sabía que eras tú, sabía que eran las mismas manos que algún día besé.
Al darme vuelta para saludarte cálidamente con un abrazo, por accidente nuestros labios se encontraron, aunque a estas alturas lo dudo, de seguro fue una táctica tuya.

Nos enfrentamos de lleno al precipicio, ambos sabíamos bien que donde fuego hubo cenizas quedan, y mientras existió un "nosotros", mucho fuego corrió por nuestras venas. No me querías mirar a los ojos, ni yo a ti, si nos encontrábamos sería el fin, por lo que preferimos irnos a un bar cercano para calmar los ánimos en el alcohol y al menos tener un pretexto para nuestro futuro comportamiento.

Cuando el cantinero en la barra preguntó lo que íbamos a tomar, ambos dijimos al unísono:

-Un vodka naranja.

Fue inevitable evitar lo inevitable, nos miramos al mismo tiempo, los dos pensamos "aún le sigue gustando el mismo trago". El cantinero sonrió pues creo que alcanzó a percibir lo que entre nosotros pasaba. Traté de disimular pero era irresistible dejar de mirarte, dejar de ver como me mirabas, aún disfrutabas de cada gesto nervioso mío, aún te fascinaba mi manera de hablar apasionadamente de mis libros y de películas, aún te gustaba la manera de como disfrazaba mi realidad pintándola de novela.

Tres copas de vodka, una de ron y el infaltable tequila, bastaron para fingir nuestra ebriedad. Nos fuimos a mi departamento de la mano, y al entrar no pude soportarlo más, te besé apasionadamente sin siquiera dejar que prendieses la luz, aún recordabas el camino de memoria a mi cuarto, donde a la vez me llevaste casi con furia, casi con violencia, quien sabe si por el alcohol o la pasión e incluso por no haberme perdonado que terminase con el fuego inextinguible que existía entre los dos. Allí hicimos lo que cualquiera se habría dejado hacer en un momento como ese, lo que cualquier loco de pasión habría hecho con tal de retenerte una noche junto a ti

Volví a sentir esas manos tuyas… por todo mi cuerpo y yo rodeándote con las mías

A la mañana siguiente la resaca no se dejó esperar, como así también no esperarían nuestros malditos empleos. Me abrazaste tiernamente por la espalda cuado preparaba el café en la cocina y sin pensarlo dos veces me llevaste de vuelta a la cama.

Después de lo sucedido, era obvio que llegaríamos tarde así que tomé el teléfono y fingí estar enfermo, iniciaste un juego en mi móvil junto a mi, querías que te viera jugar y reírnos juntos por si perdías o ganabas.

Había tomando una decisión, tenia que hacerlo después de lo que había pasado esta noche, tenia que recuperarte.

Al final sucedió lo inevitable, tenias que irte, no querías pero tenias otro compromiso ese día y no podías dejarlo.

-Tranquilo, no es ningún chico-

Me habías contado antes que después de mi no había llegado nadie, salvo alguna que otra aventura, pero que no era lo mismo.
Sonreí para mis adentros.

Al final te fuiste, la noche mágica había terminado y el departamento volvía a quedar solo pero tu aroma continuaba.

Fue en ese momento que mi celular llamó, justo a tiempo.

"Amor llamando"

Al contestar tuve que fingir, odiaba eso, pero, después de anoche, mi amor era otro.

-Tenemos que hablar – le dije en un momento e hice lo que tenia que hacer.

Si ella me odiaba después de esto creo que me daría lo mismo, en estos momentos, la única persona que amo y que siempre he amado… Eres tu.

Después salí corriendo del departamento, esperando poder alcanzarte, que la micro aun no llegase y poder abrazarte.

Y Ahí te vi, no te habías ido, estabas sentada en el banco de la plaza, mi corazón latía con fuerza.

-Sabia que saldrías- me dijo sonriente antes de abrazarme.

Y no tuve que preguntarle, ahí estaba la respuesta.


Prometí otro cuento, lo se...pero quedé estancado mientras escribía y preferí inaugurar el blog con mi cuento favorito.

Bienvenidos!!
/* Profile ----------------------------------------------- */ .profile-img { float: $startSide; margin-top: 0; margin-$endSide: 5px; margin-bottom: 5px; margin-$startSide: 0; padding: 4px; border: 1px solid $bordercolor; } .profile-data { margin:0; text-transform:uppercase; letter-spacing:.1em; font: $postfooterfont; color: $sidebarcolor; font-weight: bold; line-height: 1.6em; } .profile-datablock { margin:.5em 0 .5em; } .profile-textblock { margin: 0.5em 0; line-height: 1.6em; } .profile-link { font: $postfooterfont; text-transform: uppercase; letter-spacing: .1em; }